jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Es ilegítimo el voto de los bolivianos en el exterior?

El politólogo Carlos Cordero Carraffa publicó una columna hoy (7/11/13) en El Deber (acá) donde destaca que el voto de los bolivianos en el exterior es una vulneración de los derechos políticos de los bolivianos residentes en Bolivia.

Para Cordero, aunque el derecho a votar para elegir presidente y vicepresidente esté incluido en la Constitución (art. 27) “ello no significa que sea justo ni legítimo que voten por candidatos a la Presidencia. Es simplemente legal pero abusivo”.

Las razones de Cordero para calificar de ilegítimo el voto de los bolivianos en el exterior es que el alto número de bolivianos que residen en otros países pueden definir quién es el próximo presidente, este argumento es impulsado por la idea que no es legítimo que participen (y decidan) una elección quienes ya no forman de una comunidad, y a los cuales los efectos de su decisión no se aplicarán.

Con esta visión, Cordero presenta una objeción “democrática” al voto en el exterior: únicamente el lugar donde una persona decide vivir indica su pertenencia y fundamenta su derecho a participar de las decisiones colectivas de esa comunidad, por lo tanto –según Cordero– es injusto que elijan presidente quienes ya no están en el país, y considera una intromisión e imposición para los bolivianos que sí se encuentran en el país.

Sin embargo, contrariamente a lo que piensa Cordero el asunto merece consideraciones más profundas. En primer lugar, la motivación de los actores políticos o consideraciones estratégicas no deben opacar la extensión de los derechos de la ciudadanía. Sin duda en nuestro país los cálculos electorales y las consideraciones pragmáticas son las principales razones para la implementación del voto en el exterior (el MAS sabe del respaldo que cuenta entre los migrantes), sin embargo el voto en el exterior tiene un sentido especial en el contexto del mundo globalizado.

En segundo lugar, hay que reconocer que el nivel de migración alcanzado desde finales del siglo XX a la fecha es alarmante. Una inmensa cantidad de compatriotas viven fuera del país, lejos de su comunidad a la que culturalmente pertenecen. Esta migración impulsada por razones educacionales, laborales o familiares no implica que se rompan los lazos con la comunidad de origen. En sus países de destino la identidad nacional de nuestros compatriotas persiste, tal es el caso de la colectividad boliviana en Argentina con fuertes expresiones culturales y políticas.  Esto debe hacernos repensar las tradicionales categorías de ciudadanía y los derechos asociados. Además ampliar la participación a los que ya no residen en territorio boliviano contribuye a reafirmar sus vínculos de pertenencia, a reconocer la falta de políticas sobre los migrantes, y la responsabilidad del Estado en la decisión de migrar de tantos compatriotas.


Por último, es cierto que aún existen muchas dudas sobre el voto en el exterior (fiscalización, cantidad de votos, costos, etc.) pero de ningún modo se puede calificar con ligereza de injusto que los migrantes participen del proceso electoral únicamente porque no nos agradan sus preferencias.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario